Con el buen tiempo nos acercamos a la fecha que todos los niños están esperando: las ansiadas vacaciones de verano. Tres largos meses de sol, juegos en el parque, campo, playa y piscina. Mejor imposible, ¿no es cierto?. El problema llega cuando los papás no se dan cuenta del riesgo que corren sus hijos con una de sus partes más pequeñas: los oídos.

Este sentido junto con el de la vista, son los grandes perjudicados en la temporada de verano. Sin darnos cuenta, nos olvidamos de algunas de las precauciones que debemos tomar para que los peques de la casa no sufran lesiones auditivas debido a las consecuencias del sol y el agua. Algunas de ellas son:

• Si entra agua en el oído, será suficiente con inclinar la cabeza y dar unas sacudidas para sacarla.
• En caso de que se produzcan tapones de cerumen, hay que acudir a la farmacia. Allí te facilitarán gotas para reblandecerlos.
• Las infecciones de otitis requieren más atención que el uso de un medicamento. Se recomienda acudir a un especialista para que prescriba un tratamiento ya que, una otitis mal curada, puede derivar en zumbidos o pérdida de la audición.
• No es recomendable el uso de tapones en medios acuáticos. Sólo en ambientes con mucho ruido

Si hacemos caso omiso a estos consejos, podría verse afectada la salud de tus seres más queridos. Así que ¡Escúchalos!